miércoles, 11 de junio de 2008

CUENTO DEL HADA Y EL JUGLAR... II parte

*Las lágrimas solo caen, escapan de mi, huyen de mi tristeza no las puedo retener.

- ¿por qué tanta tristeza? A las hijas de la naturaleza no las puede embargar la amargura por que su corazón no concibe tal aberración… Sus corazones puros solo buscan la unión con la naturaleza para ser parte de ella ¿quién eres entonces?

· No soy nadie

-¿Nadie?. .. ni una ninfa, ni una hada, ni un vestigio de luz que olvidó la aurora… ¿quién eres?

· Se lo dije no soy nadie y pronto seré nada, solo quiero dejar de existir.

- ¿pero a qué le llamas existir? A tener ese cuerpo… eso no es existencia, tú ya no existes, tus lágrimas saladas muestran un rio en tu interior, un mar que busca salir a raudales, tu corazón se ahogó… estas muerta hace mucho tiempo.

Ella se sentó mirando el árbol, sorprendida por sus palabras, tal vez consolada por saber que ya estaba muerta. Probablemente estaba en el cielo y por eso oía al árbol.

· ¿Estoy en el paraíso y tú me invitas a entrar? De qué otra forma puede justificar mi mente lo que no da claridad a la lógica en ninguna de sus formas, ser inerte que te vuelves parlante ¿o el delirio en mi agonía me juega una mala pasada?.

- Decidiste olvidarte… olvídate… ya no eres tuya serás del bosque,
abandónate a la naturaleza, vuélvete una con ella y la aurora te dará el más precioso regalo.
Tu pecho solitario, gélido de frió se transformará en una bella joya, el hielo se tornará cristal, hermoso pero delicado.

¿cómo puedo lograr lo que dices? Mi mente nublada aun me hace dudar de lo que estoy oyendo, más aun de lo que veo… si es un sueño puede ser una visión o el claro avance hacia mi locura.

- Solo abandónate, disfruta, vive, valora… y serás feliz.



Concurrieron los días, semanas, meses que parecían años, perdió la noción del tiempo y todo se fue dando lentamente como se lo sugirió el gran árbol.




Amaba caminar bajo la lluvia, sentir el agua, ver las hojas caer.
Tenderse en una mullida alfombra verde y mirar el cielo.
Disfrutaba las frutas que le regalaban los árboles y correteaba con los animales en carreras interminables.
El viento era lo que más amaba, le conversaba y cerraba los ojos, parecía que la envolvía, que la abrazaba. Se llenaba del el, respiraba hondo una y otra vez, giraba de felicidad a lo igual que una pequeña niña.

Todo vestigio de su pasado se había esfumado. El gran árbol la llamó Krístal ya que su corazón había abandonado la frialdad del hielo para convertirse en el más fino y delicado cristal.



Mientras estaba sentada esperando el amanecer, una voz dulce la habló:

- ¿quiéres ser mi hija?

· ¿quién habla? ¿se dirige a mi?

- El gran árbol me contó de ti y te he observado desde que llegaste,
Vuélvete parte mia y vive para siempre conmigo protegiendo este lugar.

· Eres la Aurora, sería un honor ser su hija

2 rayos de luz penetraron en sus oídos y sintió un leve hormigueo, tocó sus orejas y estas eran distintas, más largas y puntiagudas.

· El cambio es lento, puede demorar mucho pero pronto serás inmortal, un ser de energía, el alma del bosque… un hada.

Fue su última palabra, su voz se esfumaba según aclaraba el día.

Regocijada por este grandioso obsequió corrió donde el gran árbol y le contó lo sucedido.


Pasaron los días y en el viento llego una prenda… una capa de una fina tela, bordada con minucioso cuidado y con unas siglas grabadas.

La curiosidad fue mayor a ella, la siguió hasta que la brisa la dejó caer.

Hace tanto tiempo que no veía algo así. Se la puso y bailó, se envolvió en ella y se dejó caer. Su aroma era especial, no sabía distinguirlo pero la remecía.
Al terminar el día la puso bajo el gran árbol y se recostó sobre ella.

En la mañana siguiente el galope solitario de un caballo la despertó. Corrió a esconderse tras el árbol pero había olvidado su nuevo tesoro. Con una rama lo escondió en una grieta del tronco.

El sonido se fue alejando y el miedo olvidando.

El transcurso del día fue igual que siempre, pero de pronto a lo lejos divisó al caballo cerca de su árbol y a un hombre hurgueteando en el tronco y sacando su tesoro.

Corrió y gritó:

· Eso no te pertenece, es mio

El juglar giró en segundos y quedo estupefacto al verla, no musito palabra alguna. Ella continuó y arrebató la capa de sus manos.

- Perdone mi imprudencia bella dama, pero la prenda que sostiene me pertenece, la extravié hace unos días y la he buscado por el gran valor que tiene para mi.

· Ya no lo es, ahora es mia.

Y diciendo esto, se puso la capa y se fue.
A la distancia él le gritó

- ¿Qué habría de hacer este humilde juglar para que tan bella dama le dignase con su presencia?







... continuará



3 comentarios:

Tamara dijo...

Awwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww
cortaste la historia justo cuando creo que se pone buena! ^^

De verdad que escribes muy lindo... nose de donde sacas palabras...derrepente me dan mis arrebatos para escribir pero me cuetsta hacerlo jeje!

Ayy Yiya! que pase algo lindo porfavor.. porq si vuelve a sufrir la niña me muero T____________T

Anónimo dijo...

soy de las personas q aprecia el amor,pero q pareciera q el amor nunca le dara la verdadera oportunidad de conocer lo q es verdaderamente el amor, lo menciono porq es lo q me hace sentir tu cuento, espero conocer el final dla historia. no dejes d escribir nunk. te quiere este loco. paz y amor.

Anónimo dijo...

puxa yiya

aceptame en el facebook pa ver mi super foto photoshopeda!!!!

ahora toi media apuradita asi ke con mas tiempo leo tu historia,nos vemos el sabado