domingo, 8 de junio de 2008

CUENTO DEL HADA Y EL JUGLAR... I parte

Magdal era una joven que había sufrido bastante. Comenzaba una relación con un Klaud joven que la había rescatado de la tristeza que le provocó un gentil del cual era prometida. Él la daño mucho y lentamente por un largo periodo. Ella no podía arrancar por el compromiso que la ataba a estar con él. Solo esperaba tener la fuerza para huir, ya que solo veía para su futuro tristeza si seguía a su lado.

Klaud quien no era correspondido por su amor, vagaba por el pueblo cuando apareció Magdal en su camino y al tiempo de conocerse ambos comenzaron algo, temerosos por lo que habían vivido antes. Ella a los meses le había entregado su corazón a este gallardo joven que le prometía una vida llena de amor. Pero la familia de Magdal, prohibió esta relación por la humilde condición de Klaud. Ambos lucharon, pero ella entregaba más de lo que recibía, perdía más de lo que ganaba, y soñaba con más de lo que sería realidad.

Magdal huyó de su hogar para encontrarse con Klaud en el bosque, ambos comenzarían una vida lejos de aquel lugar. Tomó sus pertenencias y se alejó lo más rápido que pudo por que el bosque quedaba a 3 días de camino y no quería ser atrapada antes de llegar donde su enamorado.

Tomó un camino distinto un poco complicado pero más seguro, ya que a nadie se le ocurriría buscarla por la bajada de las espinas. A los 2 días de andar, cansada y sedienta, con sus vestiduras rasgadas por lo difícil del camino ya que los espinos creaban verdaderos laberintos para lograr salir. Vió algo que no podía creer, desde la quebrada divisó a Klaud, se encontraba abrazado y besando a la mujer que pretendía antes de conocerla, a esa misma que lo había rechazado una y otra vez.




No tubo fuerzas para gritar, sus lágrimas se trabaron en su garganta y no dejaron salir su voz, sus ojos se inundaron en un mar de lágrimas que parecía no tener fin, cayó al suelo y enterraba sus manos en la tierra buscando una explicación en su mente pero no la encontraba. Nada tenía sentido en su vida… lo dio y lo perdió todo. Ya no tenía familia y esos sueños que por años espero convertir en realidad, ahora se esfumaban… se arrancaban de sus dedos como la tierra que escurría de sus manos.

Sacó fuerzas de flaqueza y corrió lo más que pudo. Al anochecer llegó al bosque… a aquel bosque que iba a ser el comienzo de una nueva vida para ambos y que ahora se convertía en el lugar donde quería olvidarse para no ser jamás encontrada… donde se enterraría viva para desaparecer su pasado.

Ya no sentía temor, solo tristeza y un amargo llanto en su interior que no tubo escapatoria. El frió comenzó a congelar esas lágrimas quedando un témpano de hielo donde debía estar su corazón.

Su mirada ausente se perdía en el infinito, su voz se escondía para no salir, su mente se negaba a la realidad, su boca no quiso ingerir alimento por días… solo se quería olvidar de todo inclusive de ella.

En las noches el gran árbol donde ella se cobijaba para dormir, le creaba un manto de hojas para que no sintiese frío.


Mientras bebía agua del río el gran árbol le dijo:
- ¿Vas a dejar de llorar? Tus lágrimas saladas me disgustan.
-
Ella perpleja lo miró ¿se estaría volviendo loca? pero el repitió la pregunta.

- Hija, te pregunté si dejarás de llorar.

* No lo sé…
Dijo murmurando y mirando de reojo, mientras mojaba sus manos para lavar su cara y despertar si es que esto era un sueño.

- ¿Cómo no lo vas a saber si las lágrimas son tuyas? …

… continuará…

1 comentario:

Tamara dijo...

Ola Yiya... te dije que pasaría y aqui estoy!

Lei tu cuentito... porque será que siempre tiene que existir alguien que sufre mucho? Siempre me identifico con esas personas... será que me gusta el sufrimiento? nose.. soy media sensible y me pongo en el lugar de aquella persona que pasa toda esa pena y descepción :\

Rescato esa parte en la que hablas de que ella dió mas de lo que recibía... Siento que eso me pasa a mi.. de hecho me pasa desde siempre, en general con todas las personas... siempre soy la que escucho pero casi nadie me escucha a mi... soy la que siempre aconseja pero casi nadie me aconseja a mi...soy la que siempre quiero pero casi nadie me quiere a mi. Derrepente me dan ganas de exigir lo que no me dan, aunque no tiene sentido porque todo eso tiene que nacer de las demas personas :\.

Derrepente suelo ser un poco enredada.. ojalá se entienda lo que quise decir xDD

Besitos amiga y estaré atenta a lo que sigue de esta historia que espero de todas maneras que termine bien

Un abrazo

=)