viernes, 11 de septiembre de 2009

Simplemente Amar


No hay nada más hermoso que el amor, es algo que constantemente me recibo mucho gracias a Dios,
el amor de la familia, de los amigos y muchos tipos de amor
por que ronda en la atmosfera, hacia las personas,
la naturaleza, los animalitos, etc...
 
 
Pero en esta ocasión deseo enfocarme al amor de pareja.
Si bién suelo escribir de todo un poco, de lo vivido y de
vivencias ajenas, hoy deseo decir esto.
 
 
*
¿Sabes lo que verdaderamente es amar?
y más aún... que tu amor sea correspondido.
Levantarse pensando en alguien y saber que también piensa en tí.
 
 
El que te hace sentir que las horas son extensas y lentísimas cuando no le ves y se vuelven veloces y traicionera cuando al fin está a tu lado. El tiempo se esfuma y debes volver a girar el reloj de arena esperando por verle nuevamente. Comenzando a arreglarte con mucho tiempo de antelación para que todo salga perfecto, pensando que decir, que hacer, a donde ir, que... que... finalmente da lo mismo por que todo queda en blanco al ver su sonrisa y tu reflejo en él con tus mismos temores, verguenzas y brillo en los ojos.
 
 
Cuando el sonar del teléfono, un nuevo mensaje, mail o lo que sea te heriza la piel pensando que es de él y suponiendo entre suspiros lo que te gustaría que dijera.
 
 
Ese en que el mundo deja de girar cuando estan frente al otro, los movimientos se vuelven tormes y la lengua enreda cada palabra con los nervios. Tu cerebro enloquese con el ritmo de tu corazón y pareciese que todo en ti se vuelve vulnerable y vergonzoso al sentir que te mira, y peor aún no sabes que decir o buscas temas irrelevantes solo para quebrar ese silencio tormentoso que provoca el enrojecimiento de tu rostro y buscas disimular. Donde no sabes si decirle o insinuarle lo que sientes por temor al rechazo y practicamente cierras los ojos esperando que te robe el beso más dulce y romántico de tu vida para confirmar que es mutuo.
Y sueñas con que llegue con una rosa blanca que te diga que siente algo más por ti, pero que no sabe expresarlo con palabras.
 
 
Cuando tiemblas al verlo y sientes un verdadero terremoto en tus entrañas con el roce de su mano o en un abrazo. Poder mirarlo a los ojos y hundirte en ese mar infinito, navegando juntos hacia algún lado que verdaderamente da lo mismo cual sea si se tienen el uno al otro. Cobijarte en sus brazos y sentir que nada ni nadie te puede dañar, que la palabra soledad parece fantasía y que los sueños se hacen realidad.
 
 
Reflejarte en sus perlas blancas cuando las risas arrancan de los bellos momentos que comparten. Cuando no es necesario ir a ningún lugar especial para ser felices por que hasta el más mínimo gesto termina en un arrebato de alegría. Una broma, un error, unas cosquillas o juegos infantiles que se vuelve la escencia de la relación. Aquel que llora contigo y tu con él cuando a uno de los dos le inunda la tristeza, buscando las respuestas y soluciones más inconcebibles con tal de poder tranquilizarle. Del que daría lo que fuera por que nada te perturbase.
 
 
Ese en que nada es perfecto y eso lo hace más interesante, por que ambos ceden por el otro o aprenden de la pareja lo necesario para complementarse. Cuando luego de cada discución un gesto de amor elimina cualquier mal rato y aprenden para no volverlo a cometer.
 
 
El que puede sortear las mayores dificultades, distancias, cansancio, falta de dinero o lo que sea solo por un minuto a su lado. Creando constantes ideas novedosas para reenamorar día a día a tu pareja. Cuidando de que todo esté bién, procurando cada pequeño gran detalle.
 
 
Y este bello sentimiento es el que yo almaceno y sueño regalar algún día.
 
 
El amor es caprichoso, por que no todo puede ser tan bello, puedes amar a alguien que no siente lo mismo por ti o que sientan por ti algo muy maravilloso siendo que tu no sientes lo mismo hacía el. Quedando claro que el mutuo amor es una bendición y que no muchos poseen el privilegio de encontrar aquel amor correspondido.
 
 
Lo que es yo, seguiré esperando.
 
 
Yiya Ortega
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